Una vez que
comprendemos que la poca participación de los jóvenes en la política es un
problema latente tanto en México como en el mundo hay que buscar posibles
soluciones que nos ayuden a disminuir esta antipatía.
Debido a la
complejidad del problema es necesaria una solución multilateral y completa que
no puede enfocarse a un solo punto de lo que está pasando.
En primer
lugar hay que pensar en la educación de hoy en día y la forma en la que esta se
está viendo afectada por las nuevas tecnologías y el gran acceso a información
para de esta manera encontrar un punto de acceso a las mentes de los
estudiantes que ayude a sembrar esa semilla de la curiosidad por lo que pasa en
el mundo y las ganas de tomar parte en ello.
La forma en
la que los jóvenes aprenden está cambiando, en el artículo aprender con tecnología podemos
ver que las formas en las que los
jóvenes aprenden están evolucionando y apoyándose cada vez más en el uso de las
tecnologías que están en sus manos. Lo mismo pasa con las formas de organizarse
y las sociedades, cada vez es más fácil ver a personas de todo el mundo
interconectadas y organizadas gracias a los nuevos avances de la tecnología y
los medios de comunicación.
Si todo
esto está cambiando en pro de una revolución tecnológica ¿porque no
revolucionar la política y la democracia también?
Varios
países del mundo lo están haciendo, en EU el presidente Obama basó en gran parte
su campaña de reelección en el alcance de las tecnologías como redes sociales,
mensajes de texto o blogs en la red. En Corea el sur también se ha utilizado
varios medios de campañas electrónicas para aprovechar su conectividad y su
acceso a la red para alcanzar mayores grados de
participación.
Sin embargo
a pesar de los buenos resultados que estas prácticas han dado a través del mundo en México puede
que la solución sea un poco más compleja, es necesario tomar en cuenta que según
el INEGI la mayor parte de los usuarios de internet son jóvenes también dice
que el 60% lo usa fuera de sus casa y lo hace principalmente con fines
comunicativos; por lo que en el contexto nacional en el que nos encontramos para
que un nuevo modelo de democratización a través de las nuevas tecnologías será necesario
revolucionar por completo la forma en la que los jóvenes y el pueblo en general
ve la política así como sus costumbres de investigación y participación.
El país
necesita un modelo educativo que no solo tenga acceso a las nuevas tecnologías y
saque lo mejor de ellas sino que también incentive a los niños a preocuparse
por lo que pasa en sus ciudades, en su país y en el mundo como una forma de
fomentar el interés y la participación, porque un país bien educado e informado
es un país capaz de hacer valer sus derechos y hacerse escuchar de forma
inteligente con pleno conocimiento de las leyes y con ideas útiles que ayuden a
mejorar.
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